Sufiah Yusof fue noticia por primera vez en 1997, cuando con sólo 13 años logró ser admitida en la Universidad de Oxford para estudiar matemáticas. Poco más de 10 años después, esta mujer británica de origen malayo vuelve a aparecer en los titulares; un reportero trabajando de incógnito para News of the World la descubrió en marzo ejerciendo como prostituta en la ciudad de Salford, Manchester, al precio de 130 libras la hora (165 euros).
Bajo el nombre de Shilpa Lee, Sufiah aparece en la web de una agencia dedicada a la prostitución, donde se describe a como «una chica guapa de talla 36, que está disponible todos los días de once de la mañana a ocho de la tarde». Nadie imaginó este final para la Sufiah de 13 años que entró en Oxford con un brillante futuro por delante; una niña tímida, musulmana estricta, que rezaba cinco veces al día y estaba sometida a un método de aprendizaje ideado por su padre, Farooq Yusof, un hombre dispuesto a crear una fábrica de niños prodigio encabezada por sus hijos.
Después de tres años de estudio intensivo en una habitación a temperaturas bajo cero para mantener su cerebro despierto, Sufiah no aguantó más y se escapó de casa tras los exámenes finales de su tercer curso en Oxford.
Aunque su padre sostuvo en todo momento que había sido secuestrada por una organización socialista con el objetivo de lavarle el cerebro y conseguir la clave de su inteligencia, Sufiah fue descubierta por la policía dos semanas después trabajando en un cibercafé en Bournemouth, y se negó a volver a casa. «He tenido suficiente con 15 años de abuso físico y emocional; tú ya sabes de qué hablo», escribió en un e-mail dirigido a su hermana.
Sufiah pasó a vivir con una familia de acogida y volvió a Oxford, pero no consiguió acabar sus estudios. Allí conoció a Jonathan Marshall, abogado en prácticas, con el que se casó en 2004. Ningún miembro de su familia acudió al enlace, y el matrimonio duro poco más de un año.
Ahora Sufiah, con 23 años, estudia un máster en economía y trabaja como prostituta. Pocos días antes de que fuese descubierta por el rotativo News of the World, su padre era condenado por abuso sexual a dos niñas de 15 años a las que daba clases.
Lejos de estar preocupada por este asunto, Sufiah se mostró encantada con su nueva vida en una entrevista que concedió hace unos días al dominical inglés. «No considero que haya desperdiciado mi inteligencia y mi educación», afirmó. «Mis clientes adoran que sea capaz de estimular sus mentes y sus cuerpos; a alguno hasta le vuelve loco que le recite ecuaciones o álgebra durante el acto sexual».
La ex niña prodigio aprovechó asimismo la entrevista para reivindicar su profesión. «La gente piensa que prostituirse es algo sórdido y horrible, pero yo no lo veo así; nunca me he sentido tan segura de mi cuerpo, y he tenido el mejor sexo de mi vida», aseguró.
Su nueva condición ha causado, sin embargo, estragos en su país de origen. El Gobierno de Malasia está ya planeando un ambicioso «programa para salvar a Sufiah», mientras que la Asociación Malaya en el Reino Unido ha iniciado una campaña en su ayuda, pues piensan que puede encontrarse bajo la influencia de algún tipo de magia negra. Esta asociación tiene una página web donde se solicitan donaciones económicas y oraciones para contribuir a la vuelta de Sufiah al «buen camino».
LO DICHO Y HECHO
«Mis clientes están encantados de que sea capaz de estimular sus mentes y sus cuerpos»
1997: A los 13 años es aceptada en la Universidad de Oxford. 2001: Se escapa de casa debido a la presión física y emocional a la que le somete su padre. Pierde el contacto con su familia. 2004: Se casa con el abogado en prácticas Jonathan Marshall. Su matrimonio dura poco más de un año. 2008: Es descubierta trabajando como prostituta por un reportero de News of the World. Afirma sentirse feliz con su nuevo trabajo.